martes, 26 de abril de 2016

Anoche tuve una pesadilla.
Soñé que recaía.
Que te llamaba, venías y me regalabas una taza en la que decía "la vida es hermosa, hay que vivirla". Me estabas gastando, como tantas otras veces, burlándote de mi dolor.
Yo lloraba, me enojaba conmigo, me puteaba. Me preguntaba repetidamente "¿qué hice?!". Me arrepentía tanto, tanto, que fue un alivio despertarme y ver
que sólo había sido un mal sueño.
Prefiero una realidad en la que no estás
a un sueño que convertís en pesadilla.


Este espacio es transitorio. Porque habla de mi dolor.
Y mi dolor también lo es.

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